Los pecados se identifican fácilmente.

Todos los empresarios a los que nos denominan PyMEs, tenemos el enorme problema de no ser previsores en el manejo de nuestras obligaciones fiscales y laborales y esto se debe a que no tenemos la costumbre de seguir sanas prácticas de administración empresarial, lo cual es un pecado que puede ser venial o mortal, dependiendo como lo dejemos crecer.
Estos pecados podemos identificarlos fácilmente:
Dependiendo el giro o actividad de la empresa, los impuestos a cubrir con el SAT pueden ser los típicos IVA e ISR, o más, si Hacienda nos grava con algún otro tributo.
Este pecado consiste en que no “apartamos” los importes retenidos en las facturas que emitimos, ni los que corresponden al impuesto sobre la renta, por considerar solo algunos gravámenes de ejemplo.
Generalmente estos impuestos cuyos montos entran directo a la chequera, los vemos como parte del saldo de esta y bueno, estando ahí ese dinero, echamos mano de el para cubrir cualquier egreso que debamos de hacer, es decir, nuestro socio el SAT nos presta lana para cubrir nuestras necesidades de flujo de efectivo.
Seguramente el contador tendrá contabilizados estos montos como impuestos a cubrir y en la fecha fatal de su pago nos dirá “tenemos que pagar tanto de esto o del otro al SAT”, y ahí es cuando el pecado nos aplicará el castigo, sudaremos hasta ver de que manera se hace el milagro de pagar lo menos posible, sin que esto amerite multas y recargos y nos desequilibre el flujo de efectivo que tenemos pensado.
No es diferente el pecado en las obligaciones laborales, los impuestos retenidos, las primas vacacionales, el aguinaldo, Etc., son importes que seguramente estarán provisionados contablemente, pero físicamente no los tenemos reservados y el día de su pago impactarán en el flujo de efectivo de la empresa.
Las sanas prácticas de él buen administrador Konexus nos recomiendan que manejemos estos importes en una o más chequeras a las cuales se transfieran los impuestos u obligaciones laborales.
Al tener el dinero en esas chequeras y no tocarlo de manera inconsciente, no lo consideraremos como parte del saldo disponible de la empresa y el día que se deban de pagar nuestras obligaciones, tendremos el dinero necesario para hacerlo sin sufrir ni sudar.
Si aplicamos esta sana práctica, dejaremos de pecar y el pago de impuestos, aguinaldos, primas vacacionales, Etc., dejarán de ser un problema del cual solo un milagro nos salva.
Hasta la próxima.
EL BUEN ADMINISTRADOR KONEXUS
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